La rosa y la mariposa

Una vez una mariposa se enamoró de una hermosa rosa. La rosa no quedó indiferente, ya que las alas de la mariposa estaban empolvadas de un encantador patrón de oro y plata. Así que, cuando ésta revoloteó cerca y le dijo cuánto la amaba, ella se sonrojó y dijo que sí. Después de mucho amor y muchos votos de constancia susurrados, la mariposa se despidió tiernamente de su amada.

¡Pero, ay! Pasó mucho tiempo antes de que volviera con ella.

«¿Es esta tu constancia?», exclamó entre lágrimas. «Han pasado siglos desde que te fuiste, y todo el tiempo, has estado libando todo tipo de flores. Te vi besar a la señorita geranio, y revolotear alrededor de la señorita mignonette hasta que la abeja te ahuyentó. ¡Ojalá te hubiera picado!»

«¡Constancia!», se rió la mariposa. «Tan pronto como te dejé, vi a Céfiro besándote. Y continuaste escandalosamente con el señor abejorro, y le hiciste ojos a cada uno de los insectos que podías ver. ¡No puedes esperar ninguna constancia de mí!»


Downloads