脡rase una vez, en Brabante, un poderoso y rico conde con una hermosa hija llamada Genoveva. Un d铆a el conde fue atacado por su vecino y tuvo que ir a la batalla. Volvi贸 como vencedor y en su compa帽铆a hab铆a llevado al conde Sigfrido, que le hab铆a salvado la vida. El conde Sigfrido pidi贸 la mano de su hija en matrimonio y el conde acept贸. Sigfrido llev贸 a su nueva novia a su castillo cerca del r铆o Rin.
Una noche, cuando Sigfrido y Genoveva estaban sentados en el sal贸n, oyeron de pronto unas trompetas y el conde fue llamado a combatir a los sarracenos, un antiguo pueblo 谩rabe. R谩pidamente se prepar贸 todo para la partida y a la ma帽ana siguiente Sigfrido se despidi贸 de su triste esposa Genoveva.
Para la condesa, sin embargo, los tiempos se adelantaron. El caballero Golo, designado por el conde como observador del lugar, result贸 ser desleal. Se comportaba como si fuera el conde y cuando Genoveva se lo hizo saber, se enfad贸 y jur贸 vengarse. Golo escribi贸 cartas al conde Sigfrido y escribi贸 todo tipo de desagradables mentiras sobre Genoveva e incluso la hizo prisionera.
Genevieve estuvo encarcelada un par de meses cuando dio a luz a un ni帽o al que llam贸 Schmerzenreich. Lo llam贸 as铆 porque lo dio a luz en el momento m谩s triste de su vida. Golo decidi贸 matar a la madre y al ni帽o. Al d铆a siguiente deb铆an morir. En mitad de la noche, Bertha, la hija del vigilante de la torre, llam贸 a la peque帽a ventana de la celda de la prisi贸n y le cont贸 a Genevieve el plan de Golo.

Si hay algo que deseas, d铆melo”, dijo la leal muchacha. Me asegurar茅 de que as铆 sea’. Genevieve escribi贸 una carta al conde Siegfried, en la que se declaraba inocente y ped铆a clemencia para sus asesinos, y escrib铆a que los perdonaba. Esperaba que nadie m谩s tuviera que enfrentarse a su destino. Entreg贸 la carta a Bertha a trav茅s de la ventana, para que la entregara al conde Sigfrido a su regreso.
Pronto dos hombres armados vinieron a buscar a Genevieve y la condujeron por un t煤nel subterr谩neo que terminaba en medio del bosque. Aqu铆 Genevieve deb铆a morir. Pero ella suplicaba por su vida y los hombres decidieron dejarla vivir. Pero tuvo que jurar que no volver铆a a aparecer por el bosque. Lo jur贸 y camin贸 d铆a y noche por el bosque para buscar un escondite adecuado para ella y su hijo.

Finalmente, encontr贸 una peque帽a cueva y decidi贸 vivir all铆. No hab铆a comido nada, excepto algunas zanahorias, y estaba a punto de desmayarse de hambre y sed. Desesperada, empez贸 a pedir ayuda de nuevo. Y decidi贸 ir a buscar ar谩ndanos. Pero mientras caminaba fuera, un ciervo entr贸 en la cueva para descansar. Genevieve atrajo al ciervo hacia ella habl谩ndole suavemente y su hijo pudo beber la leche del ciervo.
Genevieve y su hijo se alimentaban con la leche de los ciervos y con ar谩ndanos y otros frutos del bosque. Pasaron los a帽os. Su hijo, que crec铆a bien, era su 煤nica alegr铆a. En ese momento, el conde Sigfrido llevaba m谩s de un a帽o enfermo en la cama debido a una herida que obtuvo en la batalla. Su dolor por la muerte de su esposa hab铆a retrasado su proceso de curaci贸n.
Cuando volvi贸 a casa, encontr贸 innumerables cartas que su mujer le hab铆a escrito, pero que 茅l nunca recibi贸. Golo no hab铆a enviado ninguna. Entonces la leal Bertha se acerc贸 a 茅l y le entreg贸 la carta. Esa carta enfureci贸 tanto a Sigfrido que quiso matar a Golo de inmediato. Pero entonces record贸 las palabras de Genoveva: “Perd贸nale, como yo le he perdonado”, y dej贸 que Golo viviera, pero lo hizo encarcelar.
Despu茅s de varios a帽os, Sigfrido decidi贸 volver a salir de caza e invit贸 a todos sus caballeros. Llevaban un rato en el bosque cuando vio un ciervo y lo persigui贸. Lo sigui贸 entre arbustos y espinas y lleg贸 a una cueva. Frente a la cueva vio a un ni帽o y a una mujer que proteg铆an al ciervo.
Sigfrido baj贸 del caballo y pregunt贸: ‘驴Qui茅n eres y de d贸nde vienes?’ Porque despu茅s de tantos a帽os no hab铆a reconocido a su mujer. ‘Soy Genoveva, tu esposa y este ni帽o es Schmerzenreich, tu hijo’.
Fue como si el suelo desapareciera bajo sus pies. Cay贸 frente a los pies de Genevieve. Ella le hizo levantarse y abrazar a su hijo. El conde hizo sonar su cuerno de oro y reuni贸 a todos sus caballeros para presentarles a su mujer y a su hijo. Luego hizo que le trajeran hermosas ropas, la mont贸 en el caballo m谩s hermoso que pudo encontrar y la llev贸 a su castillo. All铆 vivieron felices para siempre.