脡rase una vez la hija de un granjero con un novio. Todas las noches su novio ven铆a a su casa para cenar en la granja. Como de costumbre, la hija iba al s贸tano a por algo de cerveza para beber durante la cena. Un d铆a, entr贸 en el s贸tano, mir贸 hacia arriba y de repente se dio cuenta de que hab铆a un martillo colgado en una de las vigas de madera. El martillo deb铆a estar all铆 desde hac铆a mucho tiempo, pero por alguna raz贸n ella nunca se hab铆a fijado en 茅l.
Se puso a pensar y de repente pens贸 que el martillo era muy peligroso. Imagina que nos casamos”, pens贸, “y que tenemos un hijo. Si va al s贸tano a por cerveza, el martillo podr铆a caerle en la cabeza. Ser铆a horrible”. Dej贸 la vela y la jarra de cerveza, se sent贸 y se puso a llorar.
En el piso de arriba empezaron a preguntarse d贸nde hab铆a ido la hija y su madre baj贸 a ver c贸mo estaba. Cuando encontr贸 a su hija llorando, le pregunt贸: “驴Qu茅 pasa, cari帽o?” “Oh, madre”, dijo la ni帽a. Imag铆nate que nos casamos y tenemos un hijo y 茅l va a por cerveza y ese martillo le cae en la cabeza. Ser铆a horrible”. “Oh, cari帽o”, dijo la madre. ‘Eso s铆 que ser铆a terrible’. Y se sent贸 junto a su hija y se puso a llorar.
Al cabo de un rato, el padre vino a ver qu茅 pasaba. Entr贸 en el s贸tano y encontr贸 a su mujer y a su hija llorando. 驴Qu茅 est谩 pasando?”, pregunt贸. Mira ese horrible martillo’, dijo la madre. Imagina que nuestra hija y nuestro novio se casan y tienen un hijo. Cuando sea mayor y vaya a buscar cerveza al s贸tano podr铆a caerle en la cabeza. Ser铆a horrible’. Oh, cari帽o”, dijo el padre. Eso s铆 que ser铆a horrible’. Y tambi茅n se sent贸 y se puso a llorar.
Despu茅s de que el novio se sentara solo en la cocina durante un rato, decidi贸 ir a comprobar en el s贸tano y encontr贸 a los tres llorando. 驴Qu茅 pasa?”, pregunt贸 el hombre. Oh”, dijo el padre. ‘Mira el terrible martillo. Imagina que te casaras con mi hija, tuvieras un hijo y el martillo cayera sobre su cabeza’. Y los tres se pusieron a llorar de nuevo.
Pero el novio de la hija se ech贸 a re铆r. Extendi贸 el brazo, sac贸 el martillo de la madera y dijo: “He visto mucho mundo, pero nunca he visto a unos tontos como ustedes. Voy a viajar un poco m谩s y si encuentro tontos a煤n m谩s grandes, volver茅 y me casar茅 con tu hija’. El hombre se despidi贸 y dej贸 a la familia llorando, porque ahora ella hab铆a perdido a su novio.
Tras un largo viaje, el hombre lleg贸 a una casa con mucha hierba en el canal贸n. La mujer hab铆a colocado una escalera contra la casa y estaba intentando empujar a una vaca hacia arriba para que se comiera la hierba. 驴Qu茅 est谩 haciendo?”, pregunt贸 el hombre con curiosidad. Estoy ayudando a mi vaca a subir al tejado para que coma la hierba”, respondi贸 la mujer. Es completamente seguro, he atado una cuerda alrededor de su cuerpo, la he tirado por la chimenea y me la he atado a la cintura. Nada puede salir mal’.
‘Oh, pobre tonto’, dijo el hombre, ‘es mejor recoger la hierba y tirarla para la vaca’. Pero la mujer no estuvo de acuerdo y sigui贸 con su plan. La vaca se cay贸 y, al ser tan pesada, la mujer fue arrastrada por la chimenea y se qued贸 atascada. El hombre continu贸 su camino y pens贸: ‘Qu茅 gran tonter铆a’.

El hombre continu贸 su viaje y se detuvo en una posada. Estaba muy concurrida y tuvo que compartir habitaci贸n con otro hu茅sped. Pasaron una velada agradable, pero por la ma帽ana se llev贸 una sorpresa: su compa帽ero de habitaci贸n hab铆a colgado sus pantalones en el pomo de la puerta y estaba intentando saltar dentro de ella. Y aunque fallaba y fallaba, segu铆a intent谩ndolo.
驴Qu茅 est谩s haciendo?, pregunt贸 el hombre. Oh”, dijo el compa帽ero de piso, “quienquiera que haya inventado los pantalones… Qu茅 l铆o. Tardo una hora cada d铆a en pon茅rmelos y luego estoy todo sudado. 驴C贸mo lo haces?”. El hombre se ech贸 a re铆r y le mostr贸 a su compa帽ero de piso c贸mo se pon铆a los pantalones. El compa帽ero qued贸 impresionado y dijo que nunca se le hab铆a ocurrido hacerlo as铆.
Y esa fue la tonter铆a n煤mero dos”, pens贸 el hombre y continu贸 su viaje. Lleg贸 a una aldea donde todos se hab铆an reunido alrededor del estanque con escobas y horquillas. 驴Qu茅 pasa?”, pregunt贸 el hombre. Bueno”, respondieron los aldeanos, “la luna se ha ca铆do al agua y no podemos sacarla”. De nuevo el hombre se ech贸 a re铆r y dijo: “隆Miren hacia arriba! Ustedes ver谩n la sombra de la luna en el agua”. Pero los aldeanos se negaron a escuchar y el hombre se march贸 a toda prisa.
Y esa fue la tonter铆a n煤mero tres. As铆 que hab铆a muchos m谩s tontos en el mundo. As铆 que el hombre decidi贸 volver a casa y casarse con la hija del granjero y vivieron felices para siempre.