Un zorro muy joven, que nunca antes hab铆a visto un le贸n, se encontr贸 con uno en el bosque. Una sola mirada fue suficiente para enviar al zorro a toda velocidad hacia el escondite m谩s cercano.
La segunda vez que el zorro vio al le贸n, se detuvo detr谩s de un 谩rbol para mirarlo un momento antes de escabullirse. Pero la tercera vez, el zorro se acerc贸 valientemente al le贸n y, sin inmutarse, dijo 芦hola, trompo viejo禄.