El mejor sueƱo

ā€”Unos niƱos ā€”dijo PapĆ”ā€”, estaban jugando.

ā€”Imaginemos que somos muy ricos ā€”dijeron dos niƱosā€”. Tendremos cohetes y aviones en los que volar. Tendremos mucha gente a la que dar Ć³rdenes. Nunca tendremos que ordenar nuestras habitaciones y nunca tendremos que hacer recados.

Y empezaron a jugar.

Otros tres niƱos dijeron:

ā€”Vamos a ser muy famosos. Haremos que toda la gente del mundo se arremoline en torno a nosotros como hacen las abejas en torno a las flores por la miel. DirĆ”n lo buenos que somos, lo valientes que somos y lo nobles que somos. Nos levantarĆ”n monumentos.

Y todavƭa otros tres niƱos querƭan jugar.

ā€”Queremos jugar a que tenemos unos animales. Ā”Son muy divertidos! MĆ”s divertidos que nada. Y si los tratamos bien, nos querrĆ”n mucho. SĆ­, jugaremos a que tenemos dos perros y un pequeƱo poni.

Ahora el Rey de los SueƱos estaba sentado en un trono hecho de hilos de plata tan bellamente tejidos que se mantenĆ­an unidos y le daban el mĆ”s maravilloso de los tronos. Sobre su cabeza volaban niƱos y niƱas, y habĆ­a Hadas, Gnomos, Elfos, Brownies. Aquella noche, el Rey de los SueƱos les enviĆ³ sueƱos. Todos ellos hicieron realidad sus juegos en sueƱos. Los dos niƱos que querĆ­an jugar a que eran muy ricos, soƱaron que lo eran, pero Ā”cĆ³mo lo odiaban! A su alrededor habĆ­a mayordomos y criados vestidos con maravillosas ropas de gala. TenĆ­an grandes coches conducidos por personas calladas y rĆ­gidas que no respondĆ­an a las preguntas. Se sentĆ­an como si no poseyeran absolutamente nada, pues de todo se ocupaba otra persona. No se les permitĆ­a jugar ni ensuciarse lo mĆ”s mĆ­nimo, pues tenĆ­an que llevar vestidos maravillosos. Oh, era un sueƱo muy miserable.

Los niƱos que querƭan ser muy famosos soƱaban que estaban rodeados de gente que nunca los dejaba moverse para que pudieran jugar. Vieron un monumento en un parque con sus nombres escritos en piedra. Pero el monumento era demasiado grande para jugar con Ʃl.

Los niƱos con los perros y el poni tenƭan un sueƱo precioso. Cuidaban mucho de sus mascotas y los animales los querƭan mucho.

Pero al final, el Rey de los SueƱos los abandonĆ³ y se despertaron de repente.

Y todos estuvieron de acuerdo en que los animales y los juegos eran divertidos, pero que las riquezas y la fama eran muy, muy aburridas.


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