Peter Pan

Peter Pan es el héroe de todas las historias que Wendy Darling cuenta a sus hermanos Michael y John. A los niños les encanta escuchar las historias de su hermana mayor. Las cuenta con tanto entusiasmo y realismo que casi parece como si Peter Pan existiera realmente.

Una noche, el Sr. y la Sra. Darling fueron a una fiesta. Nana, la perra, es quien debe cuidar a los niños. El padre oye Wendy contando las aventuras de Peter Pan a sus hermanos por enésima vez.

—Oh, querida, ¿no es hora ya de que la fantasía dé paso a algo un poco más maduro? —suspira mientras acuesta a los niños.

Lo que Wendy y los niños no saben es que, todas las noches, junto a la ventana, Peter Pan escucha en secreto esas aventuras. Esta noche Peter ha venido a la casa a buscar su sombra. Trajo al hada Campanilla para que lo ayude con esto. Cuando Wendy despierta repentinamente, Peter le pregunta si puede pegar su sombra a él.

—Creo que eres fantástica contando mis aventuras —dice Peter.

—Gracias, pero mi papá cree que ya es hora de que actúe como una persona adulta —responde Wendy.

—Nunca deberías querer crecer —dice Peter—. Ven conmigo a mi isla. Se llama Nunca Jamás. ¡Te enseñaré a volar! Allí nos lo pasaremos en grande. Puedes seguir contando tus historias a los seis niños que también vinieron conmigo al País de Nunca Jamás. Yo los llamo los Niños Perdidos.

—Iré solo si mis hermanos pueden venir, entonces iré contigo —replicó Wendy.

Dicho y hecho. Peter enseño a los tres niños a volar con la ayuda de un poco de polvo de hadas, y así salieron de Londres rumbo al País de Nunca Jamás.

En el País de Nunca Jamás. los niños vivieron muchas aventuras.

Un día, un despiadado pirata los ataca. Es el Capitán Garfio, quien una vez perdió una mano en una pelea con Peter Pan. Ha regresado para vengarse. Peter pide a Campanilla que lleve a los niños a un escondite seguro.

Mientras tanto, Campanilla se ha puesto muy celosa, pues ahora Peter le dedica mucho más tiempo y atención a Wendy que a ella. Cuando Peter y Wendy no están con ellos, Campanita intenta por todos los medios poner a los Niños Perdidos y a sus hermanos en contra de Wendy.

Cuando Peter se entera, Campanilla no puede aparecer en el País de Nunca Jamás durante una semana.

Inmediatamente después, los niños se sumergen en una nueva aventura. Los Niños Perdidos y los hermanos son capturados por los indios. El jefe cree que los niños han secuestrado a su hija Tiger Lily. Afortunadamente, Peter ha visto que el Capitán Garfio es quien secuestró a Tiger Lily. Se las arregla para salvarla y la devuelve a su padre. El jefe está tan feliz que organiza una gran fiesta. Todo el mundo se divierte, pero Wendy comienza a sentir nostalgia.

Les cuenta a sus dos hermanos y a los Niños Perdidos sobre su casa en Londres.

—Cómo nos estarán echando de menos nuestros padres… —dice con tristeza—. Cómo me gustaría poder volver a casa. Vayamos todos a nuestra casa en Londres. Nuestros padres son tan buenos que indudablemente querrán adoptar a los Niños Perdidos.

A Peter Pan esto no le gustanada. Está profundamente decepcionado y no esperaba que Wendy eligiera una vida que solo podría conducir a la edad adulta.

Mientras tanto, el Capitán Garfio ha atrapado a Campanilla. Se las arregla para que ella le dé la ubicación de Peter Pan y la guarida los niños. Garfio encierra a Campanilla e irrumpe en la guarida, donde captura a los niños y los lleva a su barco. Deja a Peter Pan con un paquete que contiene una bomba. Mientras tanto, Campanilla ha logrado escapar y logra interceptar el paquete justo a tiempo, y así salva la vida de Peter. Este se apresura a ir al barco pirata para salvar a los niños de la muerte. Garfio quiere que todos sean arrojados por la borda.

Por supuesto, Peter no permitirá que eso suceda y durante la lucha contra Peter Pan, es el propio Capitán Garfio quien se cae del barco al mar, donde es devorado por un cocodrilo gigante.

Los niños navegan en el barco y, con la ayuda de una gran cantidad de polvo de hadas, vuelan de regreso a Londres en el barco. Ya en casa, cuentan toda la historia. Todos los niños son recibidos y adoptados con cariño. El padre mira al cielo por un momento y ve la cola de la nave desapareciendo en lo alto del cielo. No le es extraño, pues lo reconoce por haberlo visto durante su propia infancia.


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