Buenas noches, hibernadores

Ɖrase una vez, en un pequeƱo pueblo enclavado al borde de un inmenso bosque, una niƱa llamada Mira. Mira era una niƱa curiosa y aventurera, a la que nada le gustaba mĆ”s que explorar el bosque y descubrir sus maravillas ocultas.

Un dĆ­a, cuando las hojas de otoƱo empezaban a caer y el frĆ­o del invierno a asomar, Mira decidiĆ³ emprender un viaje por el bosque para contar a los animales un cuento antes de dormir. PreparĆ³ una bolsa con golosinas y saliĆ³ temprano por la maƱana, ansiosa por comenzar su aventura.

Mientras se adentraba en el bosque, Mira encontrĆ³ una acogedora madriguera perteneciente a una familia de osos. LlamĆ³ a la entrada y saliĆ³ un oso. El oso se estaba preparando para su largo sueƱo invernal, y Mira podĆ­a ver el cansancio en sus ojos. Se sentĆ³ a su lado y empezĆ³ a contarle una historia sobre un joven oso valiente que se embarcĆ³ en un viaje para encontrar el Ć”rbol de la miel perfecto. El oso escuchĆ³ atentamente y pronto las palabras del cuento lo adormecieron. Al marcharse, Mira prometiĆ³ volver y contar mĆ”s historias cuando el oso se despertara en primavera.

A continuaciĆ³n, Mira tropezĆ³ con una cueva, en lo mĆ”s profundo del bosque. Dentro encontrĆ³ una colonia de murciĆ©lagos colgados del techo. Los murciĆ©lagos tambiĆ©n se estaban preparando para el sueƱo invernal y Mira vio que tambiĆ©n parecĆ­an somnolientos. EmpezĆ³ a contarles una historia sobre un grupo de murciĆ©lagos que volaban en una gran aventura para encontrar un nuevo hogar. Mira tejiĆ³ una historia de amistad, trabajo en equipo y la magia del cielo nocturno. Los murciĆ©lagos escucharon con los ojos muy abiertos y pronto se quedaron dormidos, colgados tranquilamente del techo de la cueva.

Siguiendo su camino, Mira se topĆ³ con un tronco hueco donde una familia de erizos habĆ­a hecho su hogar. Los erizos se estaban preparando para acurrucarse e hibernar durante el invierno. Mira se sentĆ³ junto al tronco y empezĆ³ a contarles una historia sobre una familia de erizos que viajaban en busca de la calabaza perfecta para comer. Los erizos escucharon con interĆ©s y pronto se quedaron profundamente dormidos, soƱando con calabazas.

Cuando el sol empezĆ³ a ponerse, Mira llegĆ³ a un claro donde un grupo de ardillas se afanaba en recoger bellotas para almacenarlas para el invierno. Las ardillas se afanaban en recoger todas las bellotas que podĆ­an antes de que empezara a nevar. Mira se sentĆ³ y empezĆ³ a contar una historia sobre una ardilla muy lista que burlĆ³ a un grupo de ladrones para mantener sus bellotas a salvo. Las ardillas escucharon con admiraciĆ³n y pronto se quedaron dormidas.

Finalmente, cuando la Ćŗltima luz del dĆ­a se desvanecĆ­a en el cielo, Mira llegĆ³ a la linde del bosque, donde un grupo de tejones habĆ­a hecho su hogar. LlamĆ³ a la puerta de la madriguera y fue recibida con los brazos abiertos. Se estaban preparando para el largo invierno que se avecinaba, asĆ­ que Mira se sentĆ³ y empezĆ³ a contar una historia sobre un grupo de tejones que trabajaban juntos para sobrevivir a un duro invierno. Los tejones escucharon con atenciĆ³n y pronto se quedaron profundamente dormidos, soƱando con una primavera cĆ”lida y abundante.

Una vez cumplida su misiĆ³n, Mira regresĆ³ a su pueblo. CaminĆ³ por las tranquilas calles, con el frĆ­o aire invernal mordiĆ©ndole las mejillas, y pronto llegĆ³ a su casa. AbriĆ³ la puerta y fue recibida por el ambiente cĆ”lido y acogedor de su hogar. El fuego ardĆ­a en la chimenea, proyectando un suave resplandor por toda la habitaciĆ³n. Mira no pudo evitar sentir una oleada de cansancio cuando el calor la envolviĆ³. SabĆ­a que los animales que habĆ­a conocido en su viaje dormirĆ­an plĆ”cidamente durante el invierno, seguros de que las historias les harĆ­an compaƱƭa. Con un suspiro de satisfacciĆ³n, se quitĆ³ el abrigo y los zapatos y se acurrucĆ³ en la cama. La comodidad de su propia cama y la tranquilidad de la noche pronto la arrullaron con un sueƱo profundo y reparador, sus sueƱos llenos de las aventuras que habĆ­an vivido en el bosque.


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