La abeja Maya aprende a volar (1/17)

Maya es una pequeña, alegre y testaruda abeja que es muy curiosa. Vivió muchas aventuras desde que nació.
La abeja Maya fue la última abeja que nació en una gran colmena cerca de unas ruinas en el bosque. Tiene muchos hermanos y hermanas. La señorita Cassandra es una cuidadora de abejas muy inteligente que ayuda con el nacimiento de muchas abejas nuevas. Inmediatamente quedo claro que Maya era una abejita terriblemente curiosa. Lo primero que le preguntó a la señorita Cassandra al nacer fue: “¿Por qué me llamaste Maya?”, a lo que Cassandra respondió: “Sin ninguna razón, simplemente todos necesitan un nombre”.

El día que Maya nació, se suponía que la mitad de las abejas saldrían de la colmena, o no habrá suficiente espacio para todas las abejas. Maya aprendió mucho de la señorita Cassandra durante su primer día de vida. Conoció a Willie, una abeja muy dulce, pero no tan inteligente. Está en la clase por segunda vez.

“Nosotras, las abejas, somos muy trabajadoras”, explica la señorita Cassandra. “Recolectamos miel todos los días, por eso es bueno saber cuáles son las mejores flores para eso. Te enseñaré todo, y es importante que sepas quiénes son tus enemigos. El avispón, por ejemplo, ese es nuestro mayor enemigo”.

Al día siguiente, cuando Maya se despertó, estalló el pánico en la colmena. Se habían quedado demasiadas abejas en la colmena y la conmoción hizo que la colmena se caliente y la miel se derrita. Esto es un gran desastre para los nuevos huevos puestos por la reina. El calor de la colmena solo puede ser enfriado por el movimiento de las alas de todas las abejas. Maya también hace lo mejor que puede y nota que al mover sus alas hacia arriba y hacia abajo, se eleva más y más en el aire. ¡Parece volar! Pero solo recibe su primera lección de vuelo esa tarde.

Emocionada, le cuenta a toda la colmena que va a aprender a volar, y que la señorita Cassandra le va a enseñar.

Es hora de que Maya aprenda a volar sola, y le encanta. Recoge miel y conoce a Flip el saltamontes. Flip no puede quedarse quieto y tiene que saltar todo el tiempo. “¡Es justo lo que hacen los saltamontes!”, le explica a Maya. Él promete ayudarla si se mete en problemas. “¡Y eso va a suceder, porque eres muy testaruda!”, añade.

Mientras Maya vuela de amapola a tulipán, se da cuenta de que es mucho más divertido estar afuera, y decide que no volverá a la colmena.

“¿Por qué debería volver?”, se pregunta. “No veo nada agradable allí, y no tiene sentido todo ese trabajo duro. Me quedaré afuera y me divertiré”.

Se hace tarde y oscurece.

“Hay una hermosa flor donde voy a dormir esta noche”.

Está tan cansada de tanto volar que se queda dormida de inmediato y duerme como un tronco.

maya de bij verhaal

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