Érase una vez una noche resplandeciente, en medio de un frío invernal, doce niños reunidos, cada uno con una brillante campanita roja de cartón. Cada campana era un amuleto secreto que contenía una letra blanca en su reverso, invisible para el mundo. Estas letras, al juntarse, deletreaban una frase mágica: “Feliz Navidad”.
—F es por la felicidad de la Navidad, una época de amor y alegría —dijo Felisa, el mayor del grupo—. Cuando todos estamos acurrucados en nuestras camas, alguien se cuela por nuestra chimenea, esparciendo alegría y regalos. Es Papá Noel, que llega cuando la luna está arriba, y los niños están profundamente dormidos.
—La E representa ese calcetín que colgamos año tras año —añadió Emma, con los ojos brillantes de emoción—. Los ponemos en fila, esperando los regalos de Papá Noel. Por la mañana, estarán todos llenos de arriba abajo con sorpresas que nos llenarán el corazón.
Luisa fue la siguiente, levantando su campana roja con entusiasmo:
—La L es por el largo recorrido que emprende Papá Noel por los campos nevados, tintineando durante todo el trayecto. Su risa alegre resuena en la noche helada, un sonido alegre para todos los que lo oyen.
La pequeña Inés habló a continuación, con su campanita temblando ligeramente en su mano:
—La I es por la inmensa alegría que sentimos cuando nos dicen que vendrá Papá Noel. Es un hombre ocupado, sobre todo en Nochebuena. Pero siempre creemos en su magia.
Zoe, una niña de ojos brillantes y sonrisa angelical, estaba ansiosa por compartir su parte:
—La Z es por las zambombas que hacemos sonar en las fiestas, y por toda la música que resuena por las tierras nevadas, anunciando la llegada de Papá Noel.
Nelly, con sus rizos dorados, levantó su campana.
—La N nos recuerda que no debemos olvidarnos de colgar con cuidado nuestros calcetines junto al fuego, sabiendo que Papá Noel, nuestro querido amigo, los llenará de regalos la próxima Nochebuena.
Ariel, con las mejillas sonrojadas, reveló orgullosa su carta:
—La A también significa la alegría que la Navidad trae a todos, ricos o pobres, altos o bajos. Todo el mundo adora esta época tan feliz y a nuestro querido Papá Noel.
Vincent, el pensador del grupo, se quedó pensativo.
—La V significa la gran variedad de regalos divertidos que Papá Noel se las arregla para meter en nuestros calcetines. Tiene un sinfín de juegos y juguetes.
Iago, el más pequeño de todos, es el de la sonrisa más grande.
—La I significa que la llegada de Papá Noel es inminente. Sabemos esto porque todos nuestros calcetines están vacíos, esperando ser llenados.
Dana, la parlanchina, estaba llena de historias.
—La D es por los dones consistentes en juguetes y juegos que Papá Noel trae para todos los niños. Y no olvidemos el calcetín del bebé. Está nuevo y listo para su primera sorpresa navideña.
Ariel tomó de nuevo la palabra, con el rostro radiante.
—La A también representa el amor de la Navidad, que trae la paz a los corazones y alegría que todos los niños disfrutan. ¡Feliz, feliz, feliz Navidad!
La pequeña Dorothy, que apenas era una niña, alzaba orgullosa su campana.
—La D es por los buenos deseos que tenemos nosotros, los niños, que nos reunimos aquí con nuestros calcetines vacíos, deseando decir: “¡Viva la Navidad y el querido Papá Noel!”
Y todos juntos exclamaron:
—Se acerca la Navidad, que trae consigo innumerables alegrías. Papá Noel pronto traerá regalos maravillosos para todas las niñas y los niños.
Y así se cerró el telón de su actuación, o tal vez todos hicieron una reverencia antes de irse a la cama, con el corazón lleno de la magia y la ilusión de la Navidad.
Buenas noches, queridos niños, que sus sueños sean felices y brillantes, como una noche de Navidad. Que duerman bien; y recuerden que Papá Noel está volando.