Érase una vez, en el país del alfabeto, una alegre letra llamada A. A era la primera letra del alfabeto y le encantaba su lugar especial. A era una letra alegre con dos patas largas y un pequeño puente que las unía en el centro. El color favorito de A era el rojo brillante, y llevaba un sombrero rojo brillante en la cabeza.
A tenía muchos amigos en el país del alfabeto, pero sus mejores amigos eran B, C y D. Siempre jugaban juntos y se divertían. Un día soleado, decidieron hacer un picnic en el hermoso Parque de las Letras.
A estaba entusiasmado y dijo:
—¡Traeré arándanos para todos! Son mi fruta favorita porque también empiezan con la letra A.
B, C y D estuvieron de acuerdo y dijeron que también llevarían sus comidas favoritas. Así que todos prepararon sus cestas de picnic y se reunieron en el parque.
En el parque, A colocó con orgullo los arándanos sobre la manta de picnic, B llevó bananas, C llevó cookies y D deliciosas donuts. Los amigos se la pasaron en grande comiendo, riendo y jugando juntos.
Después de comer, A propuso un juego.
—¡Juguemos al alfabeto de animales! —dijo A—. Nos turnaremos para nombrar un animal que empiece por la primera letra de nuestros nombres.
A comenzó y dijo:
—¡Abeja! —a A le encantaban los pequeños y laboriosos insectos que compartían su letra. B nombró un Búho, C nombró un cocodrilo y D nombró un delfín. Dieron vueltas en círculo, turnándose para nombrar diferentes animales empezando por sus respectivas letras. Mientras jugaban, las otras letras del país del alfabeto oyeron sus risas y se unieron a la diversión.
Pronto, todo el abecedario jugó al alfabeto de los animales. La E nombró a un elefante, la F a una foca y la G a un gallo. El juego continuó y las letras se hicieron más felices y amigas.
Cuando el sol empezó a ponerse, A decidió que era hora de volver a casa. Todos los amigos estuvieron de acuerdo y empezaron a recoger el picnic.
Antes de irse, A reunió a todos y dijo:
—¡Hoy ha sido un día maravilloso! Estoy muy agradecido de tenerlos a todos como amigos en el país del alfabeto. Prometamos pasar más días divertidos como éste juntos.
Todas las letras aplaudieron y estuvieron de acuerdo, haciendo una promesa especial de reunirse y jugar a más juegos en el Parque de las Letras.