Ollie, el elefante bombero

El elefante Ollie estaba decidido a ser bombero. Siempre le habían fascinado la valentía y el heroísmo de los bomberos que veía correr para apagar incendios y salvar vidas. Por eso, cuando se enteró de que el cuerpo de bomberos local buscaba nuevos reclutas, Ollie supo que tenía que presentarse.

A pesar de su tamaño y su torpeza, Ollie estaba decidido a demostrar su valor. Trabajó duro en la escuela de prácticas, aprendiendo todas las habilidades que necesitaba para convertirse en bombero. Al principio, sus compañeros se reían de él, pensando que era demasiado grande y torpe para hacer bien su trabajo. Pero Ollie no dejaba que sus burlas lo afectaran. Sabía que tenía algunas habilidades especiales que podrían resultarle útiles en el trabajo.

Para empezar, Ollie tenía una trompa muy larga y poderosa. Podía usarla para transportar agua y rociarla sobre el fuego para apagarlo. También podía alcanzar lugares altos y rescatar a personas y animales de edificios en llamas. Y con sus fuertes piernas y espalda, Ollie podía transportar cargas pesadas y rescatar a varias personas a la vez.

A pesar de enfrentarse a algunos retos y contratiempos, Ollie perseveró y acabó graduándose en la escuela de prácticas con sobresaliente. Estaba encantado de que lo aceptaran en el cuerpo de bomberos y no veía la hora de poner a prueba sus habilidades.

Pero cuando Ollie llegó a su primer fuego real, por un momento sintió dudas. Sus instintos le dijeron que no entrara y se quedó inmóvil. Sus compañeros le gritaron que se moviera, pero Ollie tenía demasiado miedo para dar un paso. Se sentía fracasado y estaba seguro de que defraudaría a todos.

En ese momento, Ollie oyó que alguien gritaba pidiendo ayuda. Era uno de sus compañeros de clase, el mismo que se había reído de él y se había metido con él durante el periodo de prueba. El compañero estaba acorralado por el fuego y corría peligro de quemarse vivo.

Ollie sabía que tenía que actuar rápido. Respiró hondo y venció su miedo. Con el agua en la trompa, entró en el edificio en llamas y empezó a apagar el fuego. Se movió con rapidez y eficacia, utilizando todas las habilidades que había aprendido en el entrenamiento.

Cuando encontró a su compañero, Ollie utilizó su trompa para subirlo a él y a la familia que había intentado rescatar. Luego, con feroz determinación, salió del edificio al aire libre.

Cuando Ollie salió del edificio, todos lo aclamaron. Había demostrado su valía y había salvado el día. Ollie sintió orgullo y una sensación de éxito como nunca antes había sentido. A partir de ese día, supo que había encontrado su verdadera vocación como bombero.


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