El monstruo del sueño febril

Una noche oscura y tormentosa, mientras tronaban los truenos y relampagueaban los relámpagos, un niño llamado Kai tuvo un terrible y aterrador encuentro con un monstruo. Estaba profundamente dormido en su cama cuando, de repente, se despertó y vio que la criatura se alzaba sobre él.

El corazón de Kai se aceleró mientras intentaba alejarse del monstruo. Saltó de la cama y corrió hacia la puerta, pero el monstruo le seguía, con sus tentáculos retorciéndose y agitándose mientras se movía. Kai sintió que se movía muy despacio, miró hacia abajo y vio con horror que el suelo se había convertido de repente en un sirope pegajoso. Apenas podía levantar los pies y el monstruo se acercaba cada vez más… Pero Kai tuvo suerte y llego primero a la puerta, la cerro rapidamente tras de si. Pero el monstruo abrió la puerta y empezó a perseguir a Kai de nuevo.

Kai estaba aterrorizado. Corrió por el pasillo, con el monstruo pisándole los talones. Se dio la vuelta y bajó las escaleras, pero el monstruo seguía allí, con sus ojos brillantes fijos en él.

La mente de Kai iba a toda velocidad. Tenía que pensar en una forma de escapar. Corrió a la cocina, cogió una sartén y la lanzó contra el monstruo con todas sus fuerzas. Pero el monstruo se rió y siguió acercándose.

Kai se quedó sin opciones. Cerró los ojos y se preparó para lo peor. Pero cuando los abrió, vio que el monstruo había desaparecido.

Kai jadeó aliviado. No era más que un mal sueño. Llevaba unos días enfermo de gripe y la fiebre le había provocado una pesadilla aterradora. Fue tan vívida y desagradable que pensó que era real.

Durante los días siguientes, Kai se recuperó poco a poco de la gripe. Y aunque nunca olvidó lo del monstruo, se alegró de saber que sólo había sido un sueño. Fin.


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